Camilo Yanes

La clave para poder hacer todo lo que te gusta y además poder cumplir con todas las tareas que te propones es nada más y nada menos que organizarte. Para organizarse y gestionarse hay algunas reglas o sugerencias que podes tomar de este posteo. Acordate que el tiempo (para mi) es dios, nuestro bien más preciado, lo único que no recuperamos y que todo lo maneja. Aclaró que estas reglas no las invente yo, como siempre son todo ideas que obtengo de formaciones, papers, libros, entre otros y la exporto acá para que vos puedas tomarlas o no.  1) que te daría es ponerte horarios. Siempre que sea posible plantea momentos para las cosas que tenes que hacer. Por ejemplo de 8am a 9am entreno. De 10am a 11am trabajo y de 12am a 1pm descanso. Así el tiempo te da para todo y te permite no pasarte de ese horario que vos tenes delimitado para tal o cual cosa. 2) delimitar espacios para las cosas, por ejemplo tener un lugar para trabajar, otro para entrenar. Esto parece muy fácil pero ¿cuántos trabaja

  No te creas en bitcoin, no tenes porque caerle bien a todo el mundo. Pero caerle mal a una persona o que sea tu competencia no es malo.  Capaz a vos querido lector como a muchos otros les estresa tener competencia, les da ansiedad, hasta lo ven como algo negativo. Tener un rival, una competencia y/o un enemigo no tiene porque ser algo malo.  Es más, tener un rival es bueno y te explico porque.  Tener un rival te obliga a ser mejor, te saca de la cama en los peores momentos. Deberíamos estar agradecidos de tener rivales.  Los rivales no tienen porque ser nuestros enemigos y NO tenemos porqué llevarnos mal con ellos. Un rival puede ser un amigo que está compitiendo a la par tuya, el cual respetas mucho o más que a otros por el hecho de ser tu rival. Los rivales y la competencia están muy cerca tuyo o crees que ¿No se genera una competencia dentro de un gimnasio por ver quién levanta más kilos? Yo quiero que mi competencia sea mejor que yo. Por ejemplo, cuando estaba entrenaba boxeo yo

“La capacidad de recuperarse de una situación traumática extrema”. Es decir la capacidad que cada uno tiene de salir del más profundo y fangoso pozo de la vida. Las situaciones traumáticas nos dejan secuelas, cicatrices que probablemente nunca se vayan pero hay que aprender a vivir con esa cicatriz, es más, llevarla con orgullo. Si, con orgullo porque las situaciones traumáticas son aprendizaje. Nos enseñan lo que no queremos, nos muestran que los errores se pagan caro. Muchas veces los errores se pagan años después. Algo así como una deuda que nos dejamos con nuestro yo del futuro. También pienso que hay situaciones que uno nunca supera. Uno las recuerda on demand. Cuando pasa por un lugar, cuando ve una película que le da nostalgia o cuando escucha una canción. Como sea es situación vuelve a uno y lo pone igual de mal que siempre. Con el tiempo uno puede aprender a vivir con el recuerdo o no. Si vos sos una persona resiliente seguro puedas gestionar esas situaciones traumáticas. A mi

La autoestima, de qué está hecha?   Como ya dijimos en un posteo anterior la baja autoestima es una de las principales fuentes de estrés o mejor dicho de una poca tolerancia a él.  Pero ¿Qué es la autoestima? ¿Cómo la mejoramos? ¿Cómo sabemos si es óptima? Entre tantas definiciones que dan los autores me quedo la siguiente: “La confianza en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida”. Es decir ese “yo puedo”. Como lo entiendo yo, malas situaciones va a haber siempre. Es inevitable pero la buena autoestima nos ayudará a mantenernos con la cabeza en alto en estas situaciones.  Para mejorarla tenes que entender de qué está hecha. Según los autores del artículo citado podemos dividir la autoestima en dos componentes. Un primer componente es externo. Este componente refiere a “la información transmitida verbalmente”. Es decir cómo nos mostramos ante el mundo exterior. Si nos pasamos el día diciendo que somos malísimos para estudiar seguro habla de nuestra autoestima